En el Foro realizado semanas atrás en Buenos Aires sobre la Libertad religiosa, algunos miembros de la iglesia de la Ciencia Cristiana participaron.
Llamó la atención de esos miembros que reiteradas veces les preguntaron si la Ciencia Cristiana proviene o tiene relación con la Cienciología o Cientología, organización fundada por Ron Hubbard (escritor de novelas de ciencia ficción), y a la cual está afiliado desde hace tres décadas el conocido actor Tom Cruise.
“Su método de rehabilitación espiritual se llama ‘auditación’, y al hacerla, los practicantes reviven hechos o experiencias traumáticas (a menudo olvidadas) de su pasado con el objetivo de liberarse de su carga negativa o efectos limitadores y así mejorar su vida presente y futura. Este concepto tiene muchas similitudes con la idea del Karma de las religiones orientales”.
El nombre puede ser parecido, pero en la iglesia de la Ciencia Cristiana no existe la idea de Karma o influencias orientales. La Ciencia Cristiana –religión que conozco y practico desde mi juventud– se basa únicamente en la Biblia, con énfasis en las enseñanzas de Cristo Jesús, no habiendo otra base para su fundamento.
El punto a destacar es que cada uno puede conocerse espiritualmente, no mediante el recuerdo de hechos pasados, sino alcanzando la apertura mental de aceptarse, tal como lo define el primer capítulo del Génesis en la Biblia, “a imagen y semejanza de su Creador”, no registrando un pasado tormentoso ni generado por la culpa y la condena sino en su pureza y libertad originales.
Jesús declaró que “no vino para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por Él” y en otro pasaje bíblico también insistió: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”.
Estas expresiones nos hablan de un cambio y transformación, de una nueva puerta que se abre para identificarnos espiritualmente y mantener esa identidad que se origina en el bien y en la Verdad.
Tener “vida en abundancia” es sinónimo de bienestar, incluyendo la salud tanto física como mental, al estar conectados con la fuente originalmente buena, Dios.
Una buena manera de estar conectados con El es mediante la oración que elimina el temor (barrera que impide sentirse capaz o digno de recibir todo el bien y no solo una parte) y la creencia de que hay una responsabilidad personal para resolver cada desafío que se presenta.
Esta conexión hace que dejes de trazar tu propia voluntad para saber que hay un plan divino disponible para liberarte de las cadenas del materialismo y el agnosticismo.
Al profundizar la Ciencia Cristiana, encontré la llave para sentirme más segura en todos los aspectos de mi vida.
En el momento de la maternidad entendí que debía dejar que Dios, conociéndolo como el Padre-Madre de Su creación, fuera la herramienta más útil para la educación, formación y libertad de mis hijos, no permitiéndome seducir por un sistema que pueda basarse en la posesión de un ser, sino apoyar la libertad de dejarlos que respiraran por sí mismos.
Dios, como el Amor universal, nos ama a todos por igual y brinda protección, paz y felicidad auténticas.
Permite que tu vida esté guiada por El y tendrás las respuestas que necesitas para hoy y cada día.
Por -Elizabeth Santángelo