¿Proceder impulsivamente contribuye a una buena comunicación? En el campo de la música es fundamental que cada partitura mantenga los “silencios”, como una pausa para que la cadencia y ritmo de la melodía se aprecien. Por Elizabeth Santángelo
El silencio musical es una pausa que existe en una partitura. Puede definirse este silencio como una nota sin ejecución. El músico argentino Charly García afirmó en una ocasión que “lo importante en una pieza musical ‘no son las notas’, sino la ‘distancia’ que existe entre ellas y que está establecida por los silencios musicales. Esto es esencial a la hora de componer, pero también a la hora de interpretar, y no muchos músicos son capaces de dominar ‘el arte del silencio’”.
Cuando se trata de nuestra vida cotidiana, tomar distancia, pensar, tomarnos un descanso o pausa, es saludable y además facilita meditar antes de reaccionar ante cualquier circunstancia.
Diríamos que es la llave para tener una vida sin arrebatos e impulsos que provocan sentir culpa o arrepentimiento en muchas ocasiones.
Hoy en día, es común ver cómo se generan situaciones entre grupos o parejas que conviven, que al ser llevados por el impulso o la irracionalidad son víctimas de la violencia y los desbordes emocionales.
En la música de la vida tomarnos un tiempo para retirarnos del materialismo, del ruido de las preocupaciones y orar en silencio conectados con la fuente de bien es esencial para encontrar paz, para tener una respuesta en cada situación y elevar el pensamiento hacia un terreno donde radica el sentido común y la tolerancia.
Reaccionar para después pedir perdón, arrepentidos, no es recomendable, porque antes de proceder con violencia, tomarse ese tiempo, esa pausa para dejar que los ánimos se calmen es sumamente válido.
Es común en los medios de comunicación, escuchar al conductor decir: “Hacemos una pausa y volvemos”.
¿Qué ocurre en esa pausa además de las propagandas? Tal vez la producción chequee lo que sigue en el programa, ajuste y coordine para que al retomar el programa haya una coherencia y un orden para continuar.
Lo mismo puedes hacer tú cuando te ves abrumado por distintas situaciones, retirarte y conectarte para pensar y orar, es lo mejor que puedes hacer antes de una reacción apresurada o violenta.
Esta pausa no significa mantenerte paralizado como viviendo en una cápsula, sino que tu pensamiento está atento para decidir con sabiduría a través de tu conexión con la Mente divina, la fuente de ideas claras y sanadoras.
Esta actitud espiritual me ha ayudado en muchas oportunidades, aportándome paz y discernimiento para continuar en el camino.
Retirarse de los sentidos es sencillo cuando sabemos en primer lugar que no estamos solos, porque al recurrir a la sabiduría divina para que nos guíe, estamos sintonizados, permitiéndonos ver más claramente cualquier panorama desalentador.
Hay una cita del libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, de Mary Baker Eddy, que lo expresa en estas palabras: “Para entrar en el corazón de la oración, la puerta de los sentidos que yerran tiene que estar cerrada. Los labios deben estar mudos y el materialismo silencioso para que el hombre pueda tener audiencia con el Espíritu”.
Tomar distancia y alejarte del bullicio y confusión de la mente humana es saludable, tanto para tu pensamiento como para tu bienestar general.
Someter cada acción a una reacción sin perjuicio de los demás, te hace libre al identificarte con tu origen verdadero, incapaz de dañar ni ser víctima de una agresión.
Intenta una pausa o silencio en tu experiencia, y podrás respirar un ambiente que te sorprenderá, tal vez imprevisible.
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