Prueban de manera exitosa una vacuna experimental contra el mal de Chagas
Investigadores del CONICET y la UBA- con apoyo de colegas extranjeros- comenzaron a probar una vacuna que, mediante ingeniería genética, posee una molécula que combina tres antígenos del parásito que provoca la enfermedad.
El mal de Chagas o «la enfermedad silenciosa»- puede tardar hasta 15 años en manifestarse- es endémico en nuestro país y gran parte de América Latina.
Hasta el momento no existen vacunas preventivas o que permitan la cura y la enfermedad termina siendo mortal para quien la padece. Sin embargo, investigadores del CONICET y la UBA, junto con colegas de Estados Unidos y Alemania, comenzaron a probar una vacuna experimental.
El informe fue publicado en la revista NaturePJ-Vaccines y explica que se trata de una vacuna quimérica, que a partir de ingeniería genética, logra combinar tres antígenos del parásito que provoca la enfermedad.
El mal es causado por un parásito unicelular llamado Trypanosoma cruzi, que se aloja en el interior de las vinchucas y que pasa al torrente sanguíneo a través de las heces de los insectos en el momento de la picadura.
Emilio Malchiodi, investigador superior del CONICET en el Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral “Profesor Ricardo A. Margni” (IDEHU, CONICET-UBA) viene desarrollando desde hace varias décadas la posibilidad de una vacuna.
“La molécula quimérica [llamada Traspaína ] que diseñamos por ingeniería genética protege contra la infección aguda, y también es importante desarrollar una vacuna terapéutica para personas ya infectadas. No hay tratamiento para la infección crónica. Nuestros pasos en este momento están dirigidos en determinar si esta quimera es capaz de proteger a los ya infectados”, explicó Malchiodi.
La vacuna experimental ayudaría a minimizar ciertos síntomas de la enfermedad como la pérdida de peso excesiva y la alta parasitemia permitiendo que se afecten menos los tejidos de los órganos del paciente.
El experto agregó: “Producir tres antígenos independientes es muy caro porque tiene el costo de tres vacunas. Entonces pensamos en ponerlos dentro de una sola molécula a través de ingeniería genética”. En el estudio notaron que hay una molécula muy activa en el parásito, la Cruzipaína, y ésta generaba una respuesta inmune más protectiva si se utilizaba separada que cuando estaba entera. Lo mismo ocurrió con la ASP2.
“Para unir las porciones de los compuestos usamos una conexión que pertenece a otra molécula importante de T. cruzi que se llama Transialidasa y formamos esa quimera. Se llama así porque es como esos monstruos mitológicos que se formaban con partes de distintos animales”, explicó el investigador.
Hasta el momento se probó con ratones y a través de la técnica de la fluorescencia se vio cómo los cuerpos de los animales vacunados podían controlar la carga parasitaria.
Este nuevo avance puede se una nueva esperanza para los 10 millones de personas, según estimaciones de la OMS, que padecen la enfermedad en forma crónica en la actualidad.Gentileza DR