¿Cómo se puede llegar a Dios por medio de la ciencia, o usar la Ciencia para comprobar la existencia de Dios?
Muchos en las últimas décadas han estado estudiando este interesante y amplio tema.
Uno de ellos es Peter Russell, un científico británico (físico, matemático e informático) que desde niño se interesó en las ciencias. Era miembro de la Iglesia Anglicana, pero en su adolescencia, la abandonó. Creció estudiando las ciencias y preguntándose si sería ateo o gnóstico. Pero, lo que consideraba misterios de la mente o de la vida, mantuvo su curiosidad y lo impulsó a seguir con las investigaciones. Se esforzó por aplicar el sincretismo y conciliar la espiritualidad con la cosmovisión científica. Recientemente leí su libro From Science to God [De la ciencia a Dios, 2002), en el cual describe que llegó a reconocer a Dios como la consciencia infinita, el único Yo, la Verdad eterna.
Lo que me llamó la atención fue el hecho de que Russell nombra, entre otros, estos tres puntos, que considero esenciales en el cristianismo que yo practico.
Dios como consciencia infinita
Por ejemplo, Jesús dijo que “todo aquel que vive y cree en [él], no morirá eternamente”. Eso contradice el aspecto humano, por lo tanto, solo puede referirse a un estado de consciencia. Todo aquel que entiende y confía en las enseñanzas de Jesús y las pone en práctica, siente que la vida es eterna, sin principio ni fin; una coexistencia con la Mente infinita, que es Dios. El que comprende y cree en Jesús siempre vivirá en la eterna consciencia divina, como idea totalmente espiritual del único Creador.
El único Yo
Cuando Dios le dijo a Moisés que sacara a los hijos de Israel, Moisés se quedó sorprendido, quizás hasta temeroso, porque ¿cómo podría él sacar a los hijos de Israel de las manos del Faraón? Pero Dios le dijo que estaría con él. Cuando Moisés quiso saber qué debía decirles a los hijos de Israel cuando le preguntaran cuál era el nombre de quien lo enviaba, Dios le respondió: “Yo soy el que soy … dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros”. Este “Yo” es Dios, el único Creador, el único Yo verdaderamente. Nosotros no existimos sin ese “Yo”. Somos todos imagen y semejanza de ese Yo, también como lo explica la Biblia en Génesis.
La Verdad eterna
La Biblia contiene centenas de citas sobre la vida y cómo Dios da vida a Su creación. Por lo tanto, solo Dios mismo puede ser Vida, y Su creación refleja la vida. Jesús con su resurrección y ascensión demostró que la vida es espiritual y eterna. Vivimos la vida eterna espiritualmente, por eso, aquí, ahora y siempre la vamos a vivir, independiente del cuerpo, pues, en verdad somos espirituales.
Para mí fue interesante identificar un paralelo: cómo para Russell las ciencias físicas y matemáticas lo llevaron a buscar, investigar y descubrir a Dios, y cómo para mí la búsqueda de Dios y la investigación de la Biblia me llevó a descubrir la ciencia, pero no una ciencia humana, sino una Ciencia divina. Esta Ciencia enseña leyes espirituales que hacen posible el conocimiento de que Dios y Su creación son totalmente espirituales, puros y buenos. Al entender y aplicar las enseñanzas de esas leyes espirituales desarrollamos una sabiduría espiritual, y de esa manera podemos cuidar de nuestra salud y resolver nuestros problemas sobre una base más elevada de la existencia.
La Ciencia divina me ayuda todos los días y a cada momento a vivir de una manera más cristiana, a entender la vida, la obra y las enseñanzas de Jesús, y a tenerlo a él como un ejemplo a seguir en mis acciones e interacciones con los demás. Esta Ciencia es para todos y está disponible para todos aquellos que quieran vivir de una manera más cristiana, más armoniosa y más saludable en todos los aspectos de su vida.
Por Leide Lessa. Twitter: @LeideLessa Facebook: Leide Lessa