La ciudad se ve limitada en su función comercial y social consecuente con el paro en repudio a la reforma provisional.
La ciudad no tiene un ritmo normal y eso se puede notar en los cierres de las puertas de lugares, como la municipalidad, escuelas, oficinas del centro cívico, poder judicial y bancos.
Si bien la actividad comercial sigue casi normal, el paro decretado por la CGT y por el cual varios gremios alineados con la misma no respetaron la decisión del “triunvirato”, la movilidad del en el centro de la ciudad se ve resentida.
Los banco no abrieron sus puertas y esto en alguno de ellos la problemática se vio reflejada en los cajeros automáticos que no tenía efectivo, lo que genero algunas protestas de los usuarios.