En un nuevo festejo del patrono de la ciudad, rescatamos del olvido esta famosa carrera de bicicletas que se corría entre San Jorge y Sastre. Del libro Relatos, de Giordano Bruno.
“¡Esperen! ¡Ahí llega uno todavía! Esta exclamación fue pronunciada por uno de los comisarios de carrera de `la Doble Sastre`, competencia ciclística que se realizaba en San Jorge allá por los años 1938/1945 aproximadamente, partiendo de plaza San Martín y tomando por la antigua ruta a Sastre, todo por camino de tierra, por supuesto, ya que, por aquellos tiempos, ni se soñaba con el pavimento”.
Así comienza una de las narraciones del libro Relatos, de Giordano Bruno, adonde el autor describe alternativas de esta carrera de bicicletas que parece fue famosísima. Es atinado en un nuevo festejo del Patrono de San Jorge –un 23 de abril completamente distinto, por cierto, dentro de una realidad en la que todos estamos aprendiendo nuevas maneras de estar- es atinado, decíamos, reconocer la labor de quienes dieron mucho por esta ciudad, como el caso de Bruno que hoy nos ocupa.
En efecto, un libro en donde se relatan historias de la comunidad, constituye un aporte real a la cultura de un pueblo. Interesa destacar, entonces, el valor testimonial de estos escritos, porque allí se rescatan personajes, historias y creencias de otros tiempos, que hacen, sin duda, a la memoria colectiva.
“Y el que llegaba era yo!”, continúa el relato, autobiográfico claro está, puesto que el autor cultivó en su juventud la pasión por el ciclismo, además de otras pasiones de orden artístico o social que vendrían después, como la del bel canto, la música lírica… “Con un coraje (o inconsciencia) a toda prueba que me daban mis 15 años, me anoté para correr esta tradicional carrera, donde participaban los ´monstruos´ del ciclismo de aquella época, como los Bracco, Bagnera, Giordano, Lüscher, Borselli, Ríos y Papini de San Jorge, y Aimar, Chuard y otros corredores cuyos apellidos ya no recuerdo de San Francisco (Córdoba), que poseían bicicletas nuevas con los últimos adelantos de la técnica, mientras que yo participé con una vieja “Peugeot” que tenía ruedas de madera con tubulares de distintas medidas; en una palabra, ¡un “carro”! Es de aclarar que en ese entonces yo vivía en Carlos Pellegrini y para correr la carrera, me venía en bicicleta, corría y volvía a casa, (20 km) con el mismo medio”.
A 16 años de la publicación de Relatos (editado en Córdoba en febrero de 2004) y en un nuevo 23 de abril, creímos oportuno sacarlo a la luz, para la ciudad, y para todos aquéllos que la engrandecieron con sus obras. Porque, como expresamos siempre, la memoria hace a la identidad de los pueblos.
Por:Marta Bruno