“Cerrar las exportaciones de maíz no garantiza que se baje el precio de las carnes” dijo Motta
Después de dos jornadas de paro, el gobierno se retrotrajo de la medida y La Mesa se Enlace levanto el paro.
Desde el 2008 hasta hoy, seguramente una parte de la población, expresará cierto cansancio debido al conflicto y diferencias permanente entre el sector agropecuario y el gobierno de turno.
“El país y el mundo se encuentran en un momento crítico, para lo cual, los agricultores somos parte de la solución, y no parte del problema. En esa parte de la solución, deberían pensarse medidas surgidas del consenso y no de la improvisación apelando a recetas que ya han fracasado en el pasado, como lo son, los cierres de exportación”, manifestó sobre el tema el hombre de la Federación Agraria, Esteban Motta y y agregó: “En los últimos meses, hemos vivido un importante incremento en los precios de las carnes, especialmente la carne vacuna, lo cual tiene un impacto muy alto en el poder adquisitivo de nuestra población, más en una situación, donde los ingresos y el salario han quedado muy por detrás de la inflación real”.
Cómo reacción a esta situación, de manera improvisada e incluso con datos confusos (primero el Ministerio de Agricultura dijo que la existencia de maíz era de algo más de 4 millones de TN, y finalmente a los pocos días el mismo organismo publicó una existencia de más de 9 millones) se tomó la medida de cerrar las exportaciones de maíz hasta el mes de marzo, con el objetivo de garantizar el abastecimiento de los productores de carnes principalmente.
Esteban indicó: “En primer lugar, expresar, que, si bien el maíz es un insumo de gran importancia en la producción de ganados, su incidencia real en el precio final de góndola de la carne es muy bajo. La experiencia de otras etapas donde se han cerrado las exportaciones, y se establecen cupos limitados para exportación, terminan generando efectos contrarios a los esperados. Primero, no se reflejan bajas en los productos en góndola, y segundo, se genera un beneficio al complejo agroexportador, que al estar cerradas las exportaciones comprará a los productores a un precio menor, y lo “aguantará” hasta el momento que obtenga cupos para venderlo al precio real del mercado internacional. Cabe aclarar que el maíz posee retenciones del 12%, por lo cual ya existe un diferencial del precio del mercado internacional con el mercado doméstico”. Los productores reciben un 12% menos del valor de mercado internacional, aportando ese porcentaje al fisco.
Motta además analizó: “Otras consecuencias negativas que tendrá el cierre de exportaciones, será desincentivar el cultivo de maíz, que venía ganando espacio en los últimos años, y es fundamental para la rotación y cuidado de los suelos. De esta manera, veremos un esquema de fortalecimiento de la cantidad de hectáreas de soja, lo cual, terminará impactando negativamente en la fertilidad del recurso suelo, e incentivando el monocultivo”.
El martes, el gobierno desistió del cierre de exportación. De esta forma la Mesa de Enlace resolvió levantar el paro de comercialización que tenía previsto continuar.
“Viejas recetas sin resultados”
“Necesitamos salir de la repetición de viejas recetas que no dieron resultado, y visualizar otras herramientas que tendrían impacto real sobre los precios de góndola. En el caso de la carne, cambiar el sistema de comercialización, daría la posibilidad de desdoblar y diferenciar los cortes de consumo interno (principalmente el asado), de los cortes de exportación (como puede ser el lomo). La realidad indica que en nuestro país el asado, principal corte de consumo popular, termina subsidiando al lomo, principal corte de exportación, cuando la lógica debería ser la inversa. Deberíamos tener un asado barato, y accesible, lo cual es claramente posible sin afectar la exportación, ni de maíz, ni de carne”, explicó el productor agropecuario y agregó: “En el caso del pollo, por ejemplo, el impacto del maíz en el precio final es menor al 20%, por lo cual sería más eficiente utilizar recursos provenientes de las retenciones agropecuarias, por ejemplo, para subsidiar el producto en góndola, así como también reducir las cargas tributarias de productos de consumo popular en beneficio de los consumidores. Estamos en crisis, y nuestro país debe salir de la grieta para encontrar soluciones reales, los productores debemos ser parte de las soluciones, y no del problema, y eso depende en gran parte de la voluntad de diálogo y consenso entre las partes”.
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