El Gobierno decidió limitar las exportaciones de maíz de la última cosecha, luego de que la semana pasada se completara el saldo exportable de 38,56 millones de toneladas.
De esta manera, la resolución firmada ayer por el ministerio de Agricultura informa que “sólo se aceptarán para su registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior dentro del régimen especial denominado DJVE-30 establecido por el Artículo 13 de la Resolución 128, de 2019, que permite solicitar información”.
Concretamente, según explicaron fuentes oficiales, no están cerradas las exportaciones: “todo lo contrario, esta es la prueba fehaciente de que están abiertas. Porque le estamos dando prioridad a negocios concretos, con el maíz ya comprado y el barco nominado para cargar”, se indicó.
Más precisamente, según surge de la comunicación enviada por el ministerio de Agricultura a los exportadores, de ahora en más solo se aceptará “operaciones debidamente respaldadas con sus compras físicas y con barcos nominados con fecha estimada de arribo”.
Es que en la práctica y mientas en el sector se rumoreaba con un inminente cierre de los envíos y hasta con una suba de retenciones, los exportadores anotaron en pocos días más de 2 millones de toneladas. Incluso, el cupo tácito se completó cinco meses antes de la culminación del ciclo comercial, estipulado para el próximo 28 de febrero.
El Gobierno busca de esta manera no desabastecer el mercado interno a la espera que ingrese el cereal de la próxima campaña y que tiene un rol estratégico en la alimentación animal, pero sin perjudicar los negocios concretos del sector exportador.
Según explican desde el ministerio de Agricultura, de cara al último tramo del año se pretende ordenar y monitorear en profundidad los envíos al exterior de maíz, luego de cumplir lógicamente con el cupo tácito, acordado con los exportadores al inicio de la campaña agrícola de un total de 38,56 millones de toneladas.
En tanto, según detallan desde el sector la medida del Gobierno no solo servirá para asegurar el abastecimiento en el mercado interno sino también para desacoplar los precios respecto a los altos valores que está pagando la exportación. Es que si los exportadores encuentran limitaciones en los envíos, la demanda quedará en manos del consumo doméstico que se traduce básicamente en el engorde de avícolas, porcinos, carne de feedlots, etc.
No es la primera vez que el Gobierno utiliza esta herramienta. En diciembre del año pasado también limitó por un tiempo los envíos del cereal, en un escenario prácticamente calcado al de este año. Lo que le valió diversas críticas del sector exportador y hasta un paro agropecuario organizado por la Mesa de Enlace.
Lo cierto es que lejos de buscar un enfrentamiento en el Gobierno remarcan que el foco está en cuidar el abastecimiento del mercado interno en un contexto además en los envíos de maíz están en niveles récord.
Fuente Ámbito Financiero