La producción de la industria manufacturera pyme subió 1,6% anual en noviembre, a precios constantes.
Así, acumula un aumento de 2,2% entre enero y noviembre frente a los mismos meses de 2021. En la comparación mensual la actividad subió 1%. Si bien estos valores son relativamente pequeños, los mismos parecieran cortar con la dinámica decreciente que había iniciado hace tres meses.
El uso de la capacidad instalada de las empresas de la muestra se ubicó en 71,7%, unos 1,5 puntos porcentuales por debajo de octubre pasado, porque en algunos sectores se están realizando inversiones. Los niveles más elevados del uso de la capacidad se registraron en Papel e impresiones (75,2%) y los más bajos en Productos químicos y plásticos (69,5%).
La evolución de la actividad en los primeros meses de 2023, los faltantes de insumos y las demoras en las entregas continúan ubicándose como las principales preocupaciones de este sector pyme.
Estos resultados surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora CAME, con una muestra que alcanzó unas 357 industrias pyme a nivel federal.
Análisis sectorial
La mejor performance en noviembre estuvo en Productos químicos y plásticos (+9,3%) y la peor en Indumentaria y textil (-10,8%).
Alimentos y bebidas. La producción tuvo un aumento de 2,8% anual y de 2,2% mensual. En el acumulado enero-noviembre sube 2,7% frente a los mismos meses del año pasado. La capacidad instalada se redujo levemente en el mes, pero no por menor producción, sino por mayores inversiones para incrementar la capacidad productiva. Hay muy buenas expectativas entre las empresas para diciembre y enero.
Indumentaria y textil. La producción se retrajo 10,8% anual y 0,5% mensual. En el acumulado enero-noviembre aumentó 0,9% frente a los mismos meses del año pasado. El sector trabajó en noviembre con 74,4% de su capacidad instalada, 2,2 puntos por encima de octubre dado el retrasado inicio de la producción de contra temporada. Si bien noviembre y diciembre son meses de alta demanda, las empresas sostienen que la demanda no está acompañando. Los elevados niveles de precios, más allá de que están subiendo más lentos, desalientan la venta y, por lo tanto, la producción.