Néstor Cravero, representante del C.C.e I. participo de la reunión de Consejo Directivo de FISFE (Federación Industrial de Santa Fe) del cual forma parte.
En dicha reunión se trató la difícil situación que atraviesa el sector industrial santafesino. Luego de dicha reunión se sacó un duro comunicado contando el panorama crítico que atraviesa el sector que a continuación detallamos:
Hay un riesgo inminente de pérdidas de empresas y empleos industriales, Son más de seis mil las pequeñas, medianas y grandes empresas que emplean de forma directa a 140.000 trabajadores y de forma indirecta a cerca de 350.000 dando vida a cada una de las ciudades y pueblos del interior productivo de nuestra provincia, produciendo una diversificada canasta de bienes para el mercado interno y el mundo.
Durante el año 2023 la producción industrial santafesina sufrió una caída del 9,2%, por múltiples factores, como la extensa y profunda sequía que afectó a toda la cadena de valor agroindustrial, el proceso inflacionario, y las restricciones a la importación de insumos que derivaron en un alto endeudamiento comercial con el exterior.
En diciembre de 2023 se produjo una devaluación del 118% de la moneda, dando lugar a un salto en los precios que acumula a febrero 2024 más de un 60%. El incremento del ritmo inflacionario impactó sobre las estructuras de costos, además de reducir el poder adquisitivo de los ingresos, provocando una pronunciada caída de la demanda interna; más del 71% de las empresas industriales han reportado disminuciones en sus ventas, ajustes en sus niveles de producción y dificultades para mantener sus plantillas de personal». La caída es generalizada, el 77% de las ramas fabriles presentó en enero un menor nivel de actividad que el año pasado, en algunos sectores superando los 55 puntos porcentuales de caída.
Sobre este crítico escenario también inciden los incrementos en el costo de la energía, un insumo crítico para la industria y el anuncio de apertura de importaciones para los productos de la canasta básica.
Frente a esta situación tan complicada con el riesgo inminente de pérdida de empresas y empleos industriales, y movilizados por la convicción de que un país con desarrollo sólo puede alcanzarse con una industria nacional fuerte y competitiva, desde FISFE reivindicamos la necesidad de impulsar políticas que fomenten la producción nacional con valor agregado, que incrementen la cantidad de empresas exportadoras, así como también el valor de nuestras exportaciones, que promuevan nuevas inversiones orientadas a complejizar nuestras cadenas de valor y que, en definitiva redunden en más y mejores fuentes de trabajo.