martes, enero 14
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En los primeros días de un nuevo año, suelen recordarse algunos hechos del que acaba de terminar.

Desde luego, siempre es mejor resaltar los alegres, pero a veces, aunque sea difícil, también es imprescindible hacer visibles  los otros, los dolorosos, que sin embargo tienen su importancia significativa para una comunidad.

Entre estos, está la partida de la querida Egles Besso, la bibliotecaria de mayor trayectoria de San Jorge.  Siempre trabajó  en  la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, desde que estaba en su primera sede, sobre calle Sarmiento, hasta su retiro en la actual de Av. San Martín. Innumerables generaciones de alumnos de todas las escuelas han recibido un libro de sus manos. Siempre atenta y cordial,  Egles Besso o  Egles Pomponio  (de las dos formas se la conocía)  tenía una memoria prodigiosa. En su momento ensayaremos una semblanza de su figura,  quizá en julio cuando se recuerde su natalicio.  Seguramente  desde la Biblioteca e instituciones educativas se ofrecerán  noticias de su accionar, a manera de reconocimiento. Ahora nada más un homenaje breve pero INTENSO porque es el primer año que no la tenemos con nosotros.

Asimismo, este pasado año 2024 también partía físicamente el querido “Cacho” Blangini, otro  protagonista de la vida socio-cultural sanjorgense. Gran conocedor de historia, filosofía y otras disciplinas, amable conversador, inteligente …. Nadie duda de que en la atención a sus clientes,  en su mítica peluquería,  se tramaban,  tejían y destejían relatos e historias de muy rica sustancia. Otra vez decimos: en su momento ofreceremos una semblanza de su figura y su obra. Ahora, repetimos lo mismo que más arriba: un homenaje sencillo pero INTENSO.

Dentro de una cantidad de sucesos, sólo nos centramos en dos personajes esta vez, en representación de muchos otros  que significan y significaron mucho dentro del quehacer cultural sanjorgense.

A su memoria, y con todo respeto

Por Marta Bruno