La creación del Parque Nacional Ansenuza en la laguna de Mar Chiquita y los bañados del Río Dulce, situados en la provincia de Córdoba, pasara a ser parque Nacional
El lugar promete ser una oportunidad para desarrollar el ecoturismo y diversificar las economías regionales de la zona, así como también restaurar las poblaciones de fauna y flora nativas.
La laguna de Mar Chiquita y los Bañados del Río Dulce conforman un enorme humedal de alrededor de un millón de hectáreas, que es considerado un sitio clave para la conservación de la biodiversidad a nivel global.
Se trata de una cuenca cerrada alimentada por tres ríos: el Dulce también llamado Salí, el Primero denominado Suquía, y Segundo, conocido como Xanaes.
Este ecosistema complejo abarca una gran diversidad de ambientes que incluyen el enorme espejo de agua salina, los cauces de los ríos, lagunas permanentes y temporarias, playas barrosas, matorrales de arbustos y cardones, bosques de tipo chaqueño y espinal, salinas, amplios pastizales y sabanas inundables.
Estos ambientes componen una unidad integral y son reconocidos como escenario de gran valor ecológico, paisajístico, económico, cultural, científico y recreativo.
La laguna pertenece a la Red Internacional de Lagos Vivientes y es comparada con los lagos salados Mono Lake y Salt Lake, ubicados en Estados Unidos, ya que en los tres se posa un ave migratoria.
“Algunas poblaciones como los falaropos migran hacia Estados Unidos y Canadá, entonces sin la protección de la Mar Chiquita sería un desastre internacional”, explica Laura Josens, bióloga e integrante de la ONG Aves Argentinas.
“Hay una biodiversidad única en áreas pequeñas hoy en día, si restauramos los ecosistemas habrá más”, sostiene sobre los avances que significaría declarar esta zona como parque nacional e impulsar políticas de conservación y restauración de flora y fauna autóctona.
El proyecto para conformar el parque nacional comenzó en 2017 en la Región de Ansenuza, donde se vienen desarrollando distintas actividades junto con las localidades que rodean este gran lago salado para estimular el turismo sustentable.
Actualmente se está trabajando en el desarrollo de la región a través de la conformación de un circuito que una a todas las localidades potenciando sus atractivos naturales y culturales.
Una de las actividades de turismo sustentable que se destacan en la zona es el avistamiento de aves debido a que allí se concentran 380 especies donde resaltan las bandadas de flamencos.
Asimismo, el turismo de naturaleza incluye también senderismo, cabalgatas y kayaks, mientras que en el turismo rural, el gastronómico y religioso son los puntos fuertes del lugar.
“Estamos ante un cambio de paradigma, nuestro mayor desafío es la concientización de que tenemos que preservar esta zona”, señala Jorge Bria, intendente de Morteros.
Por su parte, el intendente de Brinkman, Gustavo Tevez, resalta: “El parque nacional le daría otra vuelta de rosca a nuestras economías regionales, que hoy son sólo agropecuarias”.
En tanto, Martín Guzmán, intendente de La Para, asegura que la conformación del Parque Nacional “da una imagen de la zona, nos hace visibles al mundo”.
“Hay que valorar y cuidar lo que tenemos ya que una gran cantidad de biodiversidad, muchas veces ni la gente de acá la conoce. Es una urgencia declarar este parque”, plantea Guzmán sobre el turismo de avistaje de aves que podría desarrollarse con la llegada del parque.
“Hay una cuestión de infraestructura que hay que resolver, ponerse a la altura de las circunstancias”, agrega.
Gentileza Página 12
.