Más de 4500 alumnos y alumnas participaron de un certamen que busca despertar vocaciones científicas y que propone reproducir a escala el proceso de diseño, construcción, prueba, lanzamiento y operación satelital.
El cielo limpio y el entusiasmo intacto hicieron de marco para que los equipos ganadores de Cansat Argentina lanzaran los satélites pensados y diseñados por estudiantes de todo el país. Cinco grupos de alumnos y alumnas de Córdoba, Formosa, Misiones y Ciudad Autónoma de Buenos Aires se trasladaron al Centro Espacial Teófilo Tabanera que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) posee en Falda del Cañete, en las afueras de la provincia cordobesa. Orientados por profesionales de la Conae y de la Universidad Tecnológica Nacional, hicieron despegar artefactos tan pequeños como complejos (debían tener un tamaño menor a una lata) y cerraron así su primera experiencia cósmica.
Realizaron diferentes pruebas y mediciones: algunos lanzaron su misión con el objetivo de evaluar variables atmosféricas, como la temperatura, la presión y la concentración de dióxido de carbono, mientras que otros consiguieron examinar aspectos adicionales como la contaminación del aire y examinar diversos impactos ambientales. A su turno, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, señaló: “Un país que quiere tener un proyecto espacial y que lo plasma en un plan a largo plazo, como es el 2030, tiene una conciencia respecto de este sector y lo considera estratégico”. Luego completó: “Argentina es una de las naciones líderes en la región y una de los 10 en el mundo que forman parte de ese club selecto que tiene la capacidad de desarrollar esta clase de tecnologías”.
La reivindicación de las escuelas técnicas
En Falda del Cañete, a la vera de la ruta, la Conae tiene un predio imponente en el que, precisamente, se dieron cita los ganadores del concurso: estudiantes de colegios secundarios de todo el territorio nacional. Debían, a partir de junio y como parte del desafío, construir una carga útil del tamaño de una lata de gaseosa y planificar su lanzamiento en un cohete, usando hardware y software libre. En el certamen, se presentaron nada menos que 850 equipos –un total de 4500 estudiantes–, pertenecientes a instituciones públicas y privadas, que recibieron capacitaciones de diversos especialistas. La condición era que los grupos estuvieran conformados por cinco estudiantes y un docente. De ese total, solo 28 fueron preseleccionados y recibieron sus kits de parte de la Conae.
“El concurso Cansat busca despertar vocaciones tempranas en los jóvenes, con el objetivo de que elijan carreras del rubro y se conviertan en profesionales idóneos en un área compleja y de creciente competitividad internacional. Al mismo tiempo, es una reivindicación para las escuelas técnicas que juegan un papel clave en la educación de ingenieros e ingenieras que ocuparán puestos determinantes para nuestra economía”, explicó Filmus y justificó la importancia de un certamen como este.
A la instancia final pasaron cinco proyectos, que consiguieron lanzar sus satélites a bordo de un cohete (de la empresa Skytec de 1,10 m de altura y 80 mm de diámetro: alumnos y alumnas de la Escuela Técnica n° 9 “Ingeniero Huergo” de CABA (a partir de su proyecto “Caelus”); el Instituto Técnico San José de Córdoba (con “electroSix”); el Instituto Técnico Salesiano Villada, también de Córdoba (“gVIE”); de la Escuela de Educación Técnica n° 3 de Formosa (“Meraki”); y de la Escuela Provincial de Educación Técnica n° 18 de Misiones (“Ad Astra”).
La estudiante del equipo cordobés “electroSix”, Abril Carballo, contó que las funciones de su satélite son “censar presión, temperatura, dióxido y monóxido de carbono”. Esto responde a un problema ambiental que existe en su ciudad, Justiniano Posse: “Es una zona industrial, donde tenemos basural y planta de reciclaje a cielo abierto, por lo que vivimos incendios de manera frecuente. A futuro, tenemos pensado proyectos que generen conciencia sobre lo que nos producen estos incendios e industrias”, detalló.
Fuente Paguina 12