Entidades “sastrenses” solicitan evitar el concurso de belleza para la elección de la reina de los carnavales de la vecina ciudad. Ya son varios los antecedentes en el país donde se siguió este camino.
La propuesta fue planteada Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), la Escuela Nº 639 “Patricias Mendocinas” y la Biblioteca Popular “Gral. San Martín”.
En un comunicado al que titularon “Mujer bonita es la que lucha”, solicitaron dejar de lado los concursos de belleza para elegir a las reinas de los carnavales y adoptar otros métodos para que pueda seguir teniendo su representantes que promuevan la fiesta en toda la provincia.
La iniciativa contempla que no se estimule una competencia, sino un sentir popular, ligado a reconocimientos y no directamente a los atributos físicos o a determinadas edades biológicas, sino a una esfera de características relacionadas a el compromiso social con la comunidad, las trayectorias en las instituciones de la ciudad o el reconocimiento de distintos logros en el campo de las artes, las danzas, el deporte, la educación, etc.
Según explicaron, este tipo de certámenes reproducen un Modelo de Belleza que trasmite la competencia, la cosificación, la banalización y la tensión para tener “el cuerpo perfecto”.
“El consumo masivo y compulsivo tanto a nivel local como mundial de estos concursos los ha sostenido por años, sin poder verlos como la base de los otros tipos de violencias”, afirman y recomendaron comenzar con un proceso de revisión de costumbres, como es la elección de la reina de los Carnavales.
Y continúaron: “de esta manera podemos alentar a la elección popular de varios representantes de nuestro carnaval sin tener que realizar un certamen de belleza, tal como viene sucediendo, y que esos representantes puedan difundir a la fiesta que nos identifica de diversas maneras, en relación a lo que cada una de esas personas está identificada”.
Mumalá junto a las otras dos instituciones locales que se unen al reclamo, recordaron que muchas localidades de la provincia de Santa Fe ya han adherido a la sugerencia de la Subsecretaria de Género y han realizado diversas propuestas que tienen que ver con hacer visibles otros valores tanto en hombres como mujeres.
La Ley N° 26 485 “de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales” establece, en el art. 5 los tipos de violencias contra las mujeres, a saber: física, psicológica, sexual, económica y simbólica.
Se entiende por violencia simbólica “la que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos, transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”.
En el enunciado, explican que este tipo de violencia suele ser difícil de identificar porque está naturalizada. ¿Cómo aparece la violencia simbólica en la vida cotidiana? En costumbres y pautas culturales que se repiten sin cuestionar ni analizar, pero que reproducen estereotipos que transmiten la desigualdad entre el hombre y la mujer. Los chistes, las publicidades, letras de canciones, novelas y certámenes de bellezas son algunos de los “lugares donde se filtra este tipo de violencia”.
La iniciativa de anular los certámenes de belleza surgió a través de un comunicado de la subsecretaria de Políticas de Género de la Provincia de Santa Fe, Gabriela Sosa, en el marco del Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres. El pasado 25 de noviembre pasado, la funcionaria expresó: “la violencia simbólica no es un planteo que está fuera de la ley, es uno de los logros de la ley provincial y nacional de violencia, y plantea que el estado debe intentar generar iniciativas para remover estos patrones socioculturales que plantean desigualdad entre varones y mujeres, y que ponen a las mujeres en determinados roles, como pueden ser los estereotipos de belleza tradicionales, que nos llevan a pensar en estas iniciativas que se dan en distintos lugares de la provincia y el país”.
“Para erradicar la violencia de género, tenemos que empezar por erradicar patrones culturales arraigados que legitiman la desigualdad entre los géneros”, finaliza la nota.
Fuente Info Sastre